10 premisas liberadoras de lo que nunca podrás ser

Por *Mariano Hernández

¡Bienvenidos, amantes del crecimiento personal y la búsqueda de la felicidad auténtica! Hoy nos sumergimos en un tema liberador y profundamente humano, basado en el libro Maravillosamente imperfecto, escandalosamente feliz del siempre agudo Walter Riso. Si estás buscando respuestas para dejar de atormentarte intentando ser algo que nunca podrás ser, este artículo es para ti. Vamos a explorar las 10 premisas liberadoras que te harán abandonar esa búsqueda irreal para abrazar, con gusto, tu verdadera esencia.

1. Renuncia a ser perfecto

Empecemos con una bomba: no eres perfecto, ¡y eso está bien! Walter Riso nos recuerda que la perfección es una trampa de la sociedad y que perseguirla solo lleva a la frustración. Abrazar nuestras imperfecciones no es solo liberador, sino necesario para ser felices. El primer paso hacia la paz mental es dejar de compararte con un ideal inalcanzable. ¡Libérate ya de esa presión!

2. Deja de intentar agradar a todos

Aquí va otro secreto: no puedes gustarle a todo el mundo. Y no pasa nada. La búsqueda constante de aprobación es agotadora y, al final, infructuosa. Riso sugiere que te enfoques en ser auténtico y en rodearte de personas que te valoran tal como eres, sin tener que cambiar tu esencia.

3. Abandona el miedo al rechazo

El rechazo duele, pero forma parte de la vida. No todo el mundo te aceptará, y eso es natural. Riso nos invita a desdramatizar esta experiencia, verla como una posibilidad y no como una sentencia. Dejar de temer al rechazo te permite vivir más libremente, sin miedo a ser tú mismo.

4. No tienes que ser el más exitoso

La cultura del éxito nos ha metido la idea de que solo los mejores valen la pena. ¿Pero qué es ser “el mejor”? Según Riso, el verdadero éxito no es el que dicta la sociedad, sino el que tú decides. No tienes que ser el número uno para ser valioso.

5. Acepta que nunca tendrás el control absoluto

El afán por controlarlo todo te esclaviza. Walter Riso nos recuerda que el control total es una ilusión. Vivimos en un mundo incierto, y aprender a fluir con los imprevistos es la clave para una vida más tranquila. Relájate, lo impredecible también tiene su encanto.

6. Olvídate de ser eterno

Nuestra cultura evita hablar de la muerte, pero Riso nos recuerda que la mortalidad es parte de nuestra realidad. Aceptarla no es morboso, es liberador. Dejar de obsesionarse con la juventud eterna y con estiramientos imposibles te permite vivir el presente con más plenitud.

7. No eres responsable de la felicidad de los demás

Nos han enseñado que debemos hacer felices a los demás para sentirnos bien, pero, en realidad, cada uno es responsable de su propia felicidad. Riso nos invita a soltar esa carga y a entender que el bienestar de los demás no depende exclusivamente de nosotros.

8. Deja de querer ser inmune al dolor

El sufrimiento es inevitable, pero no tienes que huir de él constantemente. En lugar de resistirlo, Riso sugiere aprender de él. Las emociones difíciles nos enseñan mucho y, a veces, son necesarias para crecer.

9. Abandona la necesidad de ser admirado

¿Cuántas veces nos preocupamos por lo que los demás piensan de nosotros? Walter Riso propone dejar de buscar ser admirado a toda costa. La autoestima no se construye en base a lo que otros piensen, sino a lo que tú crees de ti mismo.

10. Deja de aferrarte a lo inmutable

El cambio es la única constante en la vida. Riso nos insta a aceptar lo transitorio y a no aferrarnos a lo que no puede ser eterno. Cuando entiendes que todo cambia, puedes dejar ir más fácilmente lo que ya no te sirve o lo que nunca podrá ser.

Conclusión: Abrazar tu imperfección, tu libertad

Estas 10 premisas que propone Walter Riso son, en esencia, un camino hacia la aceptación radical de quién eres. Dejar de intentar ser lo que nunca serás no es un fracaso, sino un acto de libertad. Al soltar estas expectativas irreales, te das permiso para ser feliz aquí y ahora, de manera escandalosamente imperfecta.

Así que, querido lector, te invito a que hoy mismo sueltes una de esas cargas inútiles. Tu valor no depende de la perfección, sino de tu autenticidad.

¿Te atreves a ser maravillosamente imperfecto?

¡Nos leemos en el próximo artículo!