Mercadito oaxaqueño P1

Pasillo del humo en el Mercado 20 de Noviembre de Oaxaca

Mi boca disfruta el sabor de unas ricas entomatadas con pollo, adornadas con cebolla blanca y cilantro: los colores de México. No hay adornos patrios porque no es Septiembre.

En la pared frente a mí hay una virgen de Juquila y una mamá Lupita en una repisa. Mis ojos contemplan calendarios de Semana Santa y de Coca Cola. “Ricas tlayudas” dice el rótulo principal de este local dentro del mercado 20 de Noviembre, donde los de a pie buscamos buen sazón a buen precio, sin el glamour de lo comercial.

Tras de mí y a mis lados se escuchan los locatarios invitando a comer a los turistas, el choque de las botellas de vidrio, los bullicios de los niños, las órdenes de los adultos, los guisados en los sartenes y el chocolate hirviendo.

Estaba sólo, ahora me acompañan una familia completa que habla mixteco. Una adolescente cargando un bebé moquiento y una niña preciosa; el papá es un chavo con gorra, tatuado, vestido como rapero muy sonriente. Lo observo a todos y me parezco a ellos.

Me identifico con mi raza mexicana: morenos, flacos, de ojos grandes, orejones y con una gran dentadura. Los hermanos no paran de ver el celular, la señora de la cocina no tenía más que otro cliente además de Mariano. Espero haber sido parte de su suerte para un gran día de ventas porque me enteré que acaba de abrir su negocio.

El periodista, o al menos quien relata este pasaje: es curioso, no chismoso. Volteo para otra parte y el esposo de doña Delfina ya desayuna viendo una película del cine de oro con Silvia Pinal. Regreso a desayunar con mi bolillo duro y me sabe delicioso porque lo remojo con la salsa.

A mi izquierda hay un depósito de la coca y al lado venden moles oaxaqueños. También aguas de sabor preparadas con hielo en vitroleros. A mi derecha está otra cocina repleta de gente mirando las piñatas colgadas y el papel picado con figuras diversas.

¿Y tú que contemplas cuando almuerzas en un mercadito oaxaqueño?

… De mi primer viaje en esta hermosa e increíble aventura llamada “Imperio del Mezcal”, sí mi película sobre la vida de los maestros mezcaleros en conjunto con Mauricio de Balthus Films.