¿Frustración o realización? El camino de elegir tu propia vocación 🌱✨

Por Kazumi Murata, coach en Semiología

Explorar tu horizonte vocacional implica conocerte, cuestionarte, atreverte a cambiar

Durante mucho tiempo viví atrapada en una idea equivocada: la de ser la “mamá ideal”, aquella que cumple con los parámetros impuestos por la sociedad, por la familia y por esa voz interna que nunca deja de compararse con otras mamás. Creía que mi papel era decidir lo mejor para mi hijo, aunque nunca le preguntara qué quería él.

Así, con una mezcla de culpas y lealtades invisibles, lo metí a clases de karatedo para que siguiera el legado de mi padre, considerado el padre de este arte en México. ¿Le pregunté si era su pasión? ¡Claro que no! Más tarde, arrastrada por mis propios sueños truncados, lo inscribí también a clases de violín, aunque él quería guitarra. De nuevo, jamás le pregunté qué deseaba.

Fue gracias a procesos de autoayuda y de autoconocimiento que me di cuenta de algo brutal: no estaba acompañando a mi hijo, estaba depositando en él mis frustraciones, mis culpas y mis sueños inconclusos. Y lo peor: lo hacía con la mejor de las intenciones. Cuando lo dejé elegir, descubrí que la verdadera libertad y la gratitud florecen cuando cada persona es dueña de su camino.

Cuando trabajas en lo que amas 💡

Mi historia personal también me mostró lo que significa hacer lo que realmente te apasiona. Yo estudié diseño industrial y diseñaba envases de vidrio. Cada día me levantaba feliz para ir a trabajar, y recuerdo que mi papá me dijo:

“Eres muy afortunada. Confucio decía: Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.

Y tenía razón. La vocación es ese motor que nos levanta con entusiasmo, mientras que no vivirla nos lleva a la frustración, la amargura y, muchas veces, a la violencia contra nosotros mismos o hacia los demás.

Un ejemplo perfecto está en la película Los Increíbles: a Mr. Increíble le quitan su traje de superhéroe y lo mandan a trabajar en una oficina. ¿Lo recuerdas? Se ve apagado, infeliz, frustrado… hasta que vuelve a ejercer su verdadera vocación y brilla con todo su poder.

Tu horizonte vocacional 🌈

Según la Semiología de la Vida Cotidiana®, no tenemos una sola vocación, sino un horizonte vocacional: un conjunto de actividades que nos hacen sentir realizados. Algunas nos darán dinero, otras solo satisfacción, pero todas aportan plenitud.

Piensa en alguien que trabaja feliz como secretaria, luego va a bailar porque ama hacerlo, llega a casa y hornea pasteles porque le apasiona, y el fin de semana teje crochet. Esa persona está en plenitud porque no vive para cumplir expectativas, sino para brillar con su autenticidad.

Explorar tu horizonte vocacional implica conocerte, cuestionarte, atreverte a cambiar y abrirte a la posibilidad de que lo que hoy te apasiona quizá no sea lo mismo mañana. Y está bien. Porque de eso se trata vivir: de construir, ajustar y reinventarse constantemente.

👉 Y tú, ¿estás viviendo desde la frustración o desde la realización? ¿Ya te diste permiso de explorar lo que realmente te llena?

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